Este es uno de esos escritos que aparecen entre mis antiguas carpetas, uno de esos escritos que nunca creí que vería la luz pero que es interesante publicar a la hora de volver por aquí:
(22 de enero de 1988)
Me gustaría escribir una historia realmente interesante, una historia capaz de atraer la atención de quien quizás por pura casualidad, empezase a leer esta hoja. Sería hermoso saber que mi imaginación es tan fértil como para conseguir llenar el tiempo de un hipotético lector.
Sin embargo, desgraciadamente, nunca logro escribir nada lo suficientemente importante o al menos, lo suficientemente largo como para poder tener una trama definida. A menudo se me ocurren grandes ideas y proyectos literarios pero, por algún oscuro motivo, sólo aparecen en aquellos momentos en que me es imposible ponerme a escribir; más tarde, cuando puedo ya hacerlo han desaparecido o no me parecen tan grandiosas.
Pero no por ello pierdo la esperanza, desde pequeña me ha sido mucho más sencillo expresar mis sentimientos e impresiones en un pedazo de papel cualquiera, es más, se diría que siempre que he tenido algo importante que contar (o alguien importante a quien contárselo) lo he hecho por escrito.
Bueno, la verdad es que, a veces, si consigo escribir brevísimas historias de las que llego a sentirme muy orgullosa, pero como ya he comentado son tan cortas que no llegan a lograr consolidar su propia trama. Nunca sabrán los escritores de todo género literario la envidia y admiración que me causan.
Tal vez algún dia consiga mi sueño de crear algo más que unas palabras sin contenido real, por el momento me consuelo contando todo aquello que pasa por mi mente y conservándolo por si en un futuro, llega a ser más que un sueño. Me gusta releer esos escritos cuando ha pasado ya bastante tiempo, me gusta estudiar el estilo y en el fondo también, mi personalidad tan sinceramente reflejada en ellos; es curioso como una persona puede cambiar en relativamente pocos años. Toda mi vida se encuentra allí, guardada en un cajón, en un intento de dominar las situaciones que, en su momento, no conseguí dominar.
Creo que toda mi vida se ha guiado por mis sueños, pero de algún modo esa guía no ha podido convertirlos en realidad en la mayoría de las ocasiones.
¿Quién sabe?, tal vez en esto consista realmente la vida cotidiana.
Susana (22-01-88)